EL ANONIMATO
Hace pocos días, observaba como “conmemoraban” los 51
años de nuestra institución, por cuyos corredores han caminado cientos de
estudiantes, administrativos y docentes, 51 años de historia, historia que debería
ser resaltada, sin embargo, a qué se limitó este día, a una misa, para nada
refutable, a un nuevo aporte para el tan prestigioso proyecto MIRS (Manejo
Integral de Residuos Sólidos) y una película que para nada encajaba con tal
celebración y así pasó la semana cultural, que de cultural tuvo muy poco, por
no decir que nada.
Despertó en mí, gran curiosidad o más bien
indignación, que nuestra institución se muestre tan generosa con ciertos
proyectos, en realidad con uno solo, mientras otras ideas, piden a gritos, ser
escuchadas, tal es el caso de la emisora, o por qué no, del tan olvidado
proyecto "SINESTESIA" (los sentidos hechos
sonidos), por el cual la profesora Luz Amparo Fuentes, sacrificó tardes y
noches enteras. ¿Para qué?, para que cierto día de enero del año 2012, se
encontrara con que habían desmantelado aquel pequeño cuarto, en el que junto a
un grupo de estudiantes, ya egresados, desde el año 1988 hasta el 2012, formó
un proyecto sólido, con gran prestigio, que incluso llegó a trabajar en radio,
por un espacio de 10 años aproximadamente en la emisora de la POLINAL y en
todos los descansos del colegio; Un proyecto que además fue visitado por el Premio Compartir al
Maestro, este acontecimiento lo relata con gran nostalgia esta docente, quien
afirma “recogí mi trasteo y mis elementos tirados en la sala de maestros,
escogí un locker y me organicé arriba con mis compañeros, con el dolor más
grande del alma, al tener que abandonar un proyecto cultural y social que me
costó esfuerzos, dinero, preparación, tiempo y mucha dedicación”
Si bien es cierto, el proyecto MIRS a cargo de la docente
Aura Nelly Muñoz, ha traído innumerables reconocimientos a nuestra
institución, no podemos enfocarnos sólo en este, así como SINESTESIA,
existen muchos proyectos que viven en el anonimato, que no tienen ningún
apoyo por partes de las directivas, claro está, necesitamos estudiantes con
conciencia ecológica, pero qué tal si a eso le anexamos estudiantes que sepan
expresarse apropiadamente en público, es decir, que manejen un excelente
discurso oral ¿acaso no se necesita esta facultad, en cualquier campo laboral o
incluso en nuestra vida diaria?
Sin embargo, los estudiantes no somos ajenos a ese vacío,
a ese tedio, que nos produce la ausencia de proyectos de este tipo, por ello es
que hay a quienes se les ve por un pasillo con una caja, cuyo letrero cita
“fondos para la emisora”, existen estudiantes
que constantemente se capacitan para el buen manejo de la misma, de la
misma forma encontramos personas que no se cansan de presentar proyectos que en
su mayoría son rechazados o simplemente olvidados por las directivas o estudiantes que con 200 pesos “apoyan la causa”.
Que este no sea un artículo más que se suma a la larga
lista de reclamos sin respuesta frente a esta misma situación, necesitamos más
proyectos consistentes que aporten
significativamente a la llamada filosofía “humanista e integral” que promulga nuestra institución, pues existen
cientos de proyectos en cada salón, en cada pasillo de nuestra institución que piden pista para aterrizar y que piden la misma atención. Pero Aún están en la punta del tintero.
Kateryn Liceth Carrillo López.